lunes, 27 de octubre de 2014

Capítulo 1 -Andrea

Capítulo 1

- ¡Mamá para! Pareces una loca, ya no tienes quince años.- Me reí.
- ¿Qué pasa?¿Te avergüenzas de tu madre?
- En absoluto- Le dediqué una gran sonrisa a mi madre.
- “And if you have a minute why don't we go, talk about it somewhere only we know...”- Cantábamos a todo pulmón nuestra canción favorita.

Estos son los momentos que me hacen seguir adelante, los que se te quedan en la memoria y cuando los recuerdas, lo haces con una sonrisa en la boca. Mi madre y yo siempre nos hemos tenido la una a la otra, a nadie más. Nunca llegué a conocer a mi padre, mamá tampoco es que haya sacado el tema a menudo, y, a pesar de que me mata la curiosidad por saber quién es mi padre, la respeto. Supongo que hay cosas que es mejor no saber, y sé que la imagen que me esfuerzo por mantener en mi cabeza sobre mi padre, no es en absoluto semejante a la realidad.

Ya era tarde, conducía bajo el cielo oscuro y despejado para volver a casa después de una buena tarde de cine. Muy pocas veces podemos darnos ese tipo de caprichos, pero estábamos teniendo una semana dura y no nos gusta sentirnos distanciadas demasiado tiempo. Cuando eso ocurre, planeamos una buena tarde madre e hija y se nos olvidan todos nuestros problemas.

- Mamá, ¿seguro que no quieres conducir tú? Está muy oscuro y es la primera vez que conduzco de noche.
- Venga, no seas quejica, lo estás haciendo muy bien, siempre hay una primera vez para todo.- replicó mi madre.
- ¿Sabes? Como madre responsable dejas mucho que desear – le saqué la lengua en forma de burla.
- ¿Responsabilidad? Eso creo que te lo voy a dejar a ti – me devolvió el gesto.

Aparté la vista de la carretera durante una fracción de segundo y cuando la volví a posar al frente, apareció algo, una especie de animal, pero no uno normal, era... antinatural. Todo pasó muy rápido, la bestia apareció sin más delante del coche y, del miedo y la adrenalina, di un volantazo a ciegas. Ya no era capaz de controlar el coche, mi madre y yo gritabamos. De repente sentí un impacto, me golpee la cabeza fuertemente contra la ventana y se me nubló la vista.

* * * * * *

Me desperté sofocada. Era la tercera noche que tenía la misma pesadilla, siempre igual, detalle por detalle.
- Mierda...- mascullé.
La fiebre me había subido tres décimas más, participar en aquella carrera de carros me había pasado factura. Perdí el control de los caballos cuando los de la cabaña de Poseidón embistieron contra mi carro y entré en pánico. Salí disparada hacia un árbol y me di un buen golpe en la cabeza.
Las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos.
- ¡Joder! - Me enfurecí. Una hija de Ares no debería llorar.
Pero no podía parar, esas pesadillas me estaban matando, porque no eran solo pesadillas...
Hacía tres años de aquel fatídico accidente, el día que perdí toda la familia que me quedaba, el día que un desconocido me salvó de las garras de la muerte y me trajo al campamento mestizo, el refugio de todo semidios. Y de alguna manera, me sentía culpable por lo sucedido.


2 comentarios:

  1. Venga traumas, la leche, no queda uno vivo; qué lastima que sea huérfana (bueno, de madre) maldita cabaña de Poseidón, en mi historia tampoco son los buenos xDDD Me ha encantado el cap x)

    Un beso!

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    1. Jajajajaja soy mazo cruel, es que le veía tirón al accidente pero aún no se como continuar xD
      Le tenemos tirria a Poseidón x'D

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