domingo, 19 de octubre de 2014

Capítulo 1- Dey (Jullianne y Narciso)

Julianne


No sé si fue un error separarme del grupo ese día, las cazadoras trabajamos en conjunto pero se podía apreciar cierta tensión en el aire. Artemisa me pidió que investigase la zona por unos días, que explorase cada tramo del bosque. Me recomendó que viniese con alguna de las chicas pero me negué, quería hacer algo sola, por mi misma.

Hoy es mi cumpleaños número quince y decidí pasarlo sola, visitando el hermoso bosque donde las hojas de los arboles tenían un verde tan vivo que tenías que detenerte para apreciarlas. La luz del sol penetraba entre las hojas de los arboles pero no se le veía del todo.

El día estaba tan fresco que retire unas mantas de mi bolso tejido con lana, me quite el arco y el carcaj, dejé mi daga cerca y me tumbe a descansar, con el pasar de los minutos el sueño y el cansancio me fue consumiendo.

Horas más tarde, los rayos del sol habían sido reemplazados por un tenue resplandor. La luna estaba en su máximo punto y se veía hermosa. Sin embargo, eso no fue lo que me despertó de mi dulce sueño.
Sentí que las hojas se movían, no un ligero susurro como es lo normal, sino algo las estaba moviendo. Me incorporé y miré alrededor, tratando de captar algún movimiento en la penumbra. Cogí mi daga y me levante del todo, no querría estar indefensa por si había algún atacante.

Cuando no logré ver nada agudice el oído captando el susurro del viento, las hojarascas que eran removidos por los insectos, los aullidos lejanos y otros sonidos indiferenciables.
Me iba a dar por vencida y pensar que era mi ridícula paranoia hasta que aticé a ver algo por el rabillo del ojo. Me di la vuelta rápidamente esperando un golpe que no llegó. Sin embargo, vi una figura oscura inmóvil que deformaba el paisaje.

-¿Quién eres tú? –Espeté, no iba a dejar ver el miedo que me embargaba, si lo veía sería de una manera muy diferente.

-Narciso, ¿Quién eres tú? ¿Qué haces entre la inmensidad de este bosque? –Me preguntó con voz suave, aterciopelada. Dio un paso adelante y empuñe mi daga con todas mis fuerzas, negándome a retroceder.

-No es tu problema –le dije-. Estaba plácidamente dormida cuando me has asustado como la mierda. Muéstrame tu cara y quedaremos en paz.

-Muéstrame tú la tuya, no es como si fueras tan bonita como para hacerte de misteriosa –Narciso bufó y estuve a un paso de clavarle mi daga para que dejará esta idiotez.

Empecé a analizar la situación, esto no iba a llevarnos a ninguna parte. Suspiré, di un paso adelante y dejé que la tenue luz me bañara, revelando mis duros rasgos y mi cabello castaño. Me erguí todo lo que pude y hablé con la voz más tranquila que tenía.

-Entonces, Narciso, si me muestras tu cara te dejaré ir y no nos volveremos a encontrar –Le dije despacio, para que pudiera sopesar mis palabras.

Narciso dio un paso adelante y me flaquearon las piernas. Tenía una sonrisa deslumbrante, unos ojos del color de la plata derretida que no se veían muy bien y un cabello castaño ondulado. Me tomo todas mis fuerzas contenerme de ir y acariciárselo.

-Y bien, ¿Qué miras? Ya sé que soy hermoso pero por favor cierra esa gran bocota que tú, de hermosa, no tienes nada –Me recomendó y yo salí de mi ensoñación. La furia me embargó y acorte los pasos que nos separaban. Giré mi daga con una velocidad increíble y le di con la culata en el pecho, haciéndolo caer y dejando que jadease por aire.

-Nunca, nunca, le digas que hacer a una hija de artemisa –Exclame y me di la vuelta-. No me volverás a ver por aquí y, si me llegas a ver, espero que no te metas en mi camino.

Camine unos pasos pero mi curiosidad pudo conmigo, voltee ligeramente la cabeza para encontrarme a Narciso mirándome con ojos duros y furiosos. Recogí mis pertenencias del suelo y seguí mi camino, dejando que un Narciso perplejo y furioso bajo la luz de la luna.



1 comentario:

  1. Uy, pues está muy bien, creí que iba a ser uno de estos instaromances pero la patada le ha tenido que sentar bien jajajaja Narciso es un narcisista xDDD A ver como sigue :)

    Un beso!

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