domingo, 19 de octubre de 2014

Capítulo 2 - Claire Booking

Capítulo 2:

Cuando desperté debía de haber anochecido pues mi camarote estaba en absoluto silencio, y se oía el murmullo del agua, incluso se podía percibir como ola tras ola erosionaba contra una roca...
¿Olas erosionado? ¿Estábamos cerca de una playa? Sin darme cuenta ya no estaba atada, y ilusionada intenté sin mucho éxito abrir la puerta que se encontraba cerrada a cal y canto, por lo menos me conformé con gritar a la intemperie del mar azul oscuro, buscando alguien que me ayudara, pero como era de esperar sólo se escuchaba el ritmo de las olas, con su incesante marcha.

Cuando me di cuenta de que estábamos a orillas del lago Michigan, en concreto muy cerca de mi casa, por las luces que inundaban los edificios, me fue inconfundible.
Alguien empezaba a aporrear la puerta, incluso diría que con la intención de echarla abajo, confundida y asustada a iguales partes me escondí en mi misma, me hice un ovillo en la esquina más alejada de la puerta, justo antes de que después de golpe tras golpe se rompiera.
Un chico de porte atlético, por las sombras no lo pude distinguir mucho, pero juraría que incluso muy bronceado, me miraba con dificultad por su largo flequillo rubio, al igual que su melena corta, los cabellos más claros relucían con la luz de la luna.

-¿Tienes el tridente?
-¿Qué?
-Oh, vamos.
-¿Quien eres?
-Me llamo Zack.
-Sarah.
-Encantado.
-Se que no es cierto.
-¿El que?
-Que estés encantado.
-¿Y tu como lo sabes, eres adivina o algo por el estilo?
-Se podría decir que sí.
-Me caes bien.
-El sentimiento es mutuo.
Después de unos minutos de un incómodo silencio que ninguno se atrevía a romper, las dudas se apoderaron de nuevo de Sarah.
-¿Bueno, y que quieres?
-Como ya te he dicho, busco el tridente.
-¿Qué tridente es ese?
-El tridente de Poseidón, mi padre.
-Oh.
-Creo que tengo que rescatarte, ya de paso.
-¿Ah si?
-Si, según Quirón, el señor D, dice que debemos salvar a todos los mestizos que nos podamos encontrar para que el ejército de Cronos no se haga más poderoso.
-Demasiada información.
-Supongo que no sabes nada ¿me equivoco?
-No, no te equivocas.
-Bueno, yo soy un mestizo y tu también, ¿conoces a un tal Edén?
-Si, es un compañero de instituto.
-Pues es un sátiro.
-¿Un que?
-Un sátiro, es medio cabra medio humano. ¿Lleva muletas a que si?
-Si, pero eso no demuestra nada.
-Lo malo es que no lo has podido ver en acción, ha fallado en su misión de protegerte.
-¿Protegerme de que?
-De lo que te esperaba en este barco si no llego a estar cerca yo.
-¿Debería darte las gracias?
-Me encanta ese carácter tuyo.
-Gracias.
-Mira, te propongo algo, ven conmigo a la búsqueda, una hija de Zeus y un hijo de Poseidón, seremos invencibles, y podré entregarle el tridente cuanto antes a mi padre.
-No estoy muy segura, pero algo me dice que me necesitas.
-Si encontrarme con una mestiza por el camino y ver que la única manera que se me ocurre de salvarla es llevármela conmigo a la búsqueda eso es un si.
-Perfecto.
-Vamos.
-¿Adónde?
-A salir de este barco del demonio.
-Me apunto.

He de decir que era muy alegre y entusiasta, me alegré mucho de haber encontrado a alguien así para que me sacara de aquel lugar, aunque aún me seguían muy de cerca los pensamientos sobre mi padre, y mi familia, ¿sería eso cierto de que mi padre no es otro que Zeus, el dios del cielo?, ¿y no el que llevó creyendo muerto toda mi infancia?
Era imposible, otra explicación habría, y la única manera de descubrirla sería hablar con mi madre, y reabrir la vieja herida, aunque no fuera cierto debía estar segura.

-Oye.
-Dime.
-Necesito que hagamos una parada antes de emprender nuestra búsqueda.
-¿Cuál?
-Necesito hablar con mi madre, será sólo un segundo, lo que tarde en despedirme.
-Se me hace raro que la gente le tenga tanto cariño a sus padres.
-¿Es que no tienes padres?
-Si un dios al que nunca he visto, y una madre que me abandonó en un orfanato con apenas dos meses son unos padres, no han sido los mejores desde luego.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Por lo que creo que has tenido que pasar toda tu infancia.
Con un silencio sabía perfectamente que le agradecía esas palabras. 

Y de alguna manera quería proteger a ese chico al que no conocía, quería cuidarle como no lo había hecho su madre.

1 comentario:

  1. Ay, pues me ha gustado, el chico parece majo, y me encanta que haya tanto diálogo, se hace más ameno x)

    Un beso! ^^

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