Capítulo 4: ¿Hermanas?
-Karina
Qué bien, ahora tengo una hermana, estoy súper feliz.
O algo así.
Más bien fue un:”Mamá ¡¿qué demonios has hecho cuando estaba de
campamentos?!”
Aunque también pudo haber sido mi padre….llevaba un martillazo con su
nombre esperándolo desde hace 16 años.
Y también parecía mayor...
-Oh.- fue mi inteligente respuesta.
¿¡Oh?!
Algún día me abofetearía cada vez que dijera una estupidez, una gran manera
de tener las mejillas constantemente rojas. A lo que iba, una hermana.
-¿Por parte de madre, o de padre?- esperaba que mi madre no estuviera tan
pirada como para eso, por favor, es mi madre (me pese o no) me habría dicho que
tengo una hermana mayor, digo yo.- No nos veo el parecido.- “Principalmente
porque tú pareces inteligente”. Obviamente no le iba a decir eso, sólo haría
que me mirara con esa maldita mirada de superioridad.
-Obviamente no somos parecidas, yo soy inteligente y astuta; tú por lo que veo
tonta e insensata.- sigue jugando con el fuego -¿Quién crees que puede ser? Digo,
nuestro pariente en común.- se vuelve para mirar el fuego detenidamente
Y va y me llama “tonta” e “insensata” menuda hermana que me gasto. A ella
también le quiero lanzar un martillo, ¡oh! entonces ya sé que pariente
compartimos.
-Huuummm...a ver, yo soy igual que mi madre… y tú no eres precisamente una
belleza, mi madre es bastante guapa, la verdad, será que compartimos padre-
sonrío picándola.
Vale que no sea extremadamente inteligente, pero tampoco soy “tonta”.
Por lo que puedo sentir, Goldver me está defendiendo, a pesar de que no lo
tengo en las manos siento como se calienta, es estos últimos minutos he estado
sintiendo (más o menos) lo que siente él, es complicado de explicar, como
empatía. Llevamos dándole vueltas al mismo tema una y otra vez y me empiezo a
cansar.
-Como sea, compartimos padre, vale, esto te empuja a ayudarme, entiendo
ahora sólo te queda explicarme como hacer el maldito fuego.-
-Siento decirte que mi madre también era guapa, si te ayudo porque...me
siento en la obligación de ayudar a mi hermana pequeña.-recalca lo de pequeña y
sonríe-. No tengo que explicarte nada, ya lo estás haciendo tu por tu cuenta.-
señala con la vista mis manos donde salen pequeñas chispas y destellos-. Solo
necesitas un pequeño impulso.-me tiende la mano donde el fuego baila y la miro
curiosa.
-¿Pero ese no es tu fuego? Igual si…-Miro las chispitas y me concentro.
Pienso en incendios, en el mechero de “mi hermana”, mi invento
ardiendo…Chasqueo los dedos.
-Calentemos un poco el ambiente.-digo con una sonrisa torcida, cuando abro
los ojos, mi mano no tiene una llama impresionante con un destello cegador,
pero es de un tamaño considerable, y brilla bastante.- Goldver - digo,
extendiendo la mano que no estaba en llamas hacia ella.
-Por supuesto.-me entregó a Goldver y cruzó los brazos para observarme
detenidamente.
Pensé en qué hacer a continuación, ¿me lo ponía en la mano y ya? Probé,
sujeté a Goldver con la mano en llamas y observé los cambios. No se derritió,
es más comenzó a brillar, Goldver agitó las alas y voló hasta mi hombro.
-Hola compañero.- le sonreí tendiéndole mi dedo meñique, que fue levemente
sacudido por él.- Emmmm… ¿y ahora qué?- miré a la chica.- Dices que eres mi
hermana, me ayudas a darle sentimientos a Goldver pero ni siquiera se tu
nombre, ni qué haces aquí, ni si eres realmente mi hermana- Goldver se escondió
detrás de mí cuello.
-Lo siento pero no suelo decir mi nombre a desconocidos.-suspira-. Pero sí
eres mi hermana, que tengo que hacer para demostrarte que lo soy; acaso no te
basta, Crox, el fuego, mi ayuda…-dice encogiéndose de hombros
-Muchas personas tienen cosas en común y no comparten sangre, precisamente
somos desconocidas y me gustaría saber ¿cómo sabes que somos hermanas? podría
ser sólo una casualidad.- me limité a decir.
Justo en el momento preciso apareció alguien de entre los árboles.
Ese alguien era un profesor. Una gran escena, dos chicas, un perro y un
montón de cenizas en el suelo. Espera, espera, espera. Eso antes era un bicho
enorme ¿qué demonios acababa de pasar?
-Tú…- dijo el hombre, señalándome amenazante y con un ceño fruncido que me
recordaba muchísimo a mi madre, eso hizo que me hirviera la sangre-. Hemos
llamado a la policía, no tiene sentido que intentes escapar, están abarcando
toda la zona, ven pacíficamente y deja que te hagamos unas preguntas…
¿¡La policía!?
No estoy orgullosa de decir esto, pero he pasado varias veces por
interrogatorios. Cosas que pasan, o algo así.
-¿C-como que… la policía?- estaba bastante más que harta de comisarías.
-Hemos encontrado el cuerpo de Emily Worsmith en su habitación conjunta y
los testigos afirman que usted fue la última persona que la vio....por lo tanto
la principal sospechosa.
Oh,vaya por Dios
Cogí la mano de mi supuesta hermana pero esta la rechazó groseramente y se
apartó de mí para acercarse a su perro, extendió la mano hacia Crox y este se
guardó rápidamente y se metió en uno de los bolsillos de su mochila, después me
miró interrogante.
-Bueno hermana, hemos empezado mal, pero compartimos sangre ¿eh? hermanas
siempre unidas y blah, blah, blah.-la volví a agarrar del brazo para llevármela
lejos pero me la rechazó nuevamente.
-Disculpe señor pero tiene algo a su espalda.- dijo acercándose al hombre
con aires despreocupados-. Verá, hay cosas que la gente normal no puede ver;
desgraciadamente, ella aún no puede pero, lo hará pronto. La cuestión es que la
policía en estos casos no sirve y si me permite decirlo, usted si es un hombre
estúpido y arrogante.- cada vez que hablaba se acercaba más al hombre, jugando
entre sus manos con el mechero que antes vi-. No le tendrá miedo al fuego
¿verdad? -encendió el mechero y con la cabeza cuidadosamente le hizo una señal
a su perro que solo yo pude ver y este se puso enfrente del hombre enseñándole
los dientes de forma amenazadora.
Ay, Dios mío, que desastre.
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